Cambio climático, chuletón y vacas en Galicia
¿Ganadería y cambio climático?
Mucho se ha hablado en las últimas semanas de la cuestionable necesidad de que dejemos de comer carne, argumentada principalmente por el negativo impacto de la ganadería en el cambio climático.No somos unos entendidos en la materia, con lo que no tenemos criterio para saber si la caca de las vacas contamina más que los motores de aviones o grandes cruceros, la energía que consumimos o las fábricas que producen los cientos de útiles, prendas o electrodomésticos que necesitamos en nuestro día a día.Lo que sí sabemos es que en Galicia hay muuuuchas vacas (tal vez más que personas) y que son el modo de vida y sustento económico de muchas familias que todavía pueblan nuestro rural (también nombrado recientemente como la Galicia profunda). La inmensa mayoría de estas vacas y terneras gallegas pasan su vida en pequeños establos y son alimentadas con productos naturales, disfrutando largas jornadas pastando tranquilamente en nuestros verdes campos...
Alimentación saludable y sostenible
Parece difícil de creer que este modo de entender la ganadería en nuestra tierra, y en general la vida rural, donde reinan el sosiego y la tranquilidad, y se miman individualmente cada uno de los animales incluso la mayoría de ellos son bautizados con un nombre en particular, pueda resultar perjudicial para el planeta o para nuestra alimentación.Por ello os aconsejamos que cuando compréis carne, al igual que con cualquier otro alimento, tengáis clara la información sobre dónde ha nacido el animal, cómo se ha criado y qué alimentación ha tenido. Esto seguramente os ayudará a explicar el sabor y la calidad de ese chuletón que habéis elegido para vuestro plato.
Dentro de una alimentación equilibrada, si nuestra barriga nos pide un filete o una costilla hagámosle caso y elijamos una carne buena para preparar nuestro plato preferido.La ganadería ha sido una de las claves en la evolución de la humanidad, con lo que no interpretemos mal las banales declaraciones o corrientes de opinión impulsadas por la clase política y sigamos evolucionando, criando y comiendo carne buena.
